*Este texto refundido y con nuevas imágenes, de la reseña publicada en el folleto San Roque 2020 editado por PSOE Arjonilla
Manuel Jesús Segado-Uceda Historiador de Arte
San Roque, junto a San Sebastián, son dos santos de los conocidos como "santos pestíferos", pues su advocación estaba relacionada con la protección contra las pandemias y enfermedades altamente contagiosas y mortales; como la peste, el cólera... Esta protección, es uno de los motivos por el que las ermitas consagradas a estos santos, se encontraban a las entradas de los pueblos o en los caminos que había cercanos a los núcleos de población; (En el caso de Arjonilla, la ermita de San Roque, en la salida hacia Marmolejo y Córdoba o la desaparecida ermita de San Sebastián, posteriormente Santa Ana, situada a la entrada desde el camino Andújar). En tiempos de pandemias, las plegarias de los pueblos se dirigían a San Roque o San Sebastián.
La epidemia de peste surgida a finales del siglo XVI y comienzos del XVII llegó hasta Arjonilla. Después de sufrir las consecuencias de la pandemia, y ya con la remisión de la enfermedad, el 16 de agosto de 1602 se acordó desde el Cabildo municipal, nombrar a San Roque como Santo protector de Arjonilla. Voto que fue renovado en 1654 y posteriormente en 1834, coincidiendo con la epidemia de cólera que llegó al pueblo en aquellos años. De nuevo, en épocas más cercanas, se llevó a cabo sendas renovaciones del voto en los años 1952 y en 2002, siendo nombrado San Roque como "alcalde perpetuo" de la localidad.
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Aspecto que presentaba la ermita de San Roque antes de las últimas remodelaciones que se le han practicado. Fotografía: Martínez. |
De la desaparecida
imagen de San Roque, conocemos escasos datos. Las referencias
documentales no nos ayudan en lo referente a la autoría de la pieza
o su cronología exacta, y tan sólo podemos acogernos al análisis
de la talla a través de las antiguas fotografías conservadas. Por
sus características, parece que se trata de una imagen con una
cronología cercana al final del siglo XVI. Esta presentaba un rostro
sereno y bondadoso, mostrando la llaga de su pierna, (bien a
consecuencia de la peste o, según otros hagiógrafos del santo, por
la herida de una flecha al ser confundido con un espía, por los
guardias de su padre), y con la cabeza coronada por una enorme concha
(motivos que cuelgan en sus ropajes de peregrino). Porta un báculo
del que cuelga una calabaza, y está acompañado por un fiel perro y un
ángel. Parece que esta imagen ya sufría un notable deterioro en el
siglo XIX. A través de la documentación existente en el Archivo
Histórico Municipal de Arjonilla, sabemos que la antigua imagen de
San Roque, fue llevada hasta la iglesia de la Encarnación en
diversas ocasiones, para dedicarle una serie de rogativas en relación
a las diferentes penurias que viviría el pueblo. Es el caso del año
1804, momento en el que Arjonilla se encomienda a San Roque, y a la
Virgen de la Soledad, por diferentes motivos. Uno de ellos es el nuevo
brote de fiebre amarilla, (enfermedad que llegada a las costas
andaluzas en 1800), y otro las malas cosechas, a causa de la sequía,
o la escasez por la que atravesaba el pueblo y el país.
La primitiva imagen de San Roque fue destruida casi por completo durante la Guerra Civil. Aunque entre los escombros y las ruinas de su ermita, se halló la cabeza del santo, siendo rescatada y conservada en una hornacina en la iglesia parroquial de la Encarnación. Lamentablemente, el fuego del incendio ocurrido durante la madrugada del 3 de octubre de 1987, en la capilla de la Virgen del Rosario, destruyó la hornacina, sucumbiendo a las llamas la cabeza de la antigua talla del patrón San Roque, así como el relicario de 1961 en el que se conservaba la reliquia del santo, el certificado de autenticidad de esta reliquia expedido por el Vaticano o una fotografía antigua de la imagen primigenia.
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Imagen de San Roque de Domingo Sánchez-Mesa, en el altar mayor de la iglesia de Arjonilla Fotografía: Jesús Segado Hernández |