miércoles, 27 de septiembre de 2017

La Fuente del Escribano

Manuel Jesús Segado-Uceda

     Tomando el "Camino de la Fuente del Escribano", al que se puede acceder desde la prolongación de la C/ Juan Ramón Jiménez, la C/ Majuelo o desde la C/ Sierra Morena (camino que conecta con Pelacogotes) y, una vez que hemos dejado atrás, a la izquierda, el Cortijo de El Majuelo, nos adentramos en un paraje denominado el Carrizal, situado al suroeste de Arjonilla. Allí, a un kilómetro y medio del casco urbano de la población, nos encontramos un enclave natural donde se alberga "La Fuente del Escribano". Un elemento patrimonial que forma parte de la cultura tradicional arjonillera.

Vista de la Fuente del Escribano desde el camino.
     No conocemos el origen del nombre con el que se denomina a esta fuente, aunque lo cierto es que a menudo, la toponimia (estudio del origen y el significado de los nombres propios de los lugares),  nos indica que los nombres de los lugares se deben a cosas realmente simples, como por ejemplo sucesos históricos, costumbres, personajes... por lo que es muy posible que la designación d este bien patrimonial tenga relación con la figura de un escribano (funcionario público que servía como notario, y que antaño era frecuentemente que llevara a cabo su labor en diferentes cabildos municipales  a la vez).
     Puestos a suponer, quien sabe si quizá un escribano pudo ser el mecenas  de esta construcción, o simplemente se servía de la fuente  para llenar su cantimplora y como abrevadero para su caballería antes o durante sus viajes...

     A la izquierda según bajamos por el camino mencionado, y a poca distancia de este, nos encontramos con la fuente, cuya fábrica está realizada  de ladrillo visto. Según se podía leer la inscripción de la lápida de mármol blanco que estaba colocada en el centro de la construcción, (y que hoy no se encuentra allí), esta fuente fue reconstruida en noviembre de 1947 gracias a la subvención de la Cámara Agraria Provincial con la colaboración de la Hermandad de Labradores y Ganaderos (institución previa a la posterior Cámara Agraria de Arjonilla). 

Al pie de la Fuente del Escribano
Placa de mármol que recordaba la reconstrucción de la fuente realizada en 1947
     En su estructura podemos diferenciar dos compartimentos exteriores, existiendo en el de la derecha  un pequeño pilar. Además, detrás del arco rebajado que existe en el centro de la fuente, se guarece un pequeño aljibe interno. Este manantial se nutre del Arroyo de la Fuente del Escribano, un caudal subterráneo cuyo cauce transcurre a través de rocas detríticas, graníticas y calcarenitas.

Vistas de los compartimentos y aljibe
     La Fuente del Escribano posee un caudal muy bajo, aproximadamente entre 0-1 l/s, aunque raramente se agota. El uso del agua de este manantial en la actualidad es rural y ganadero. Hoy el agua del manantial se usa muy poco, pero antaño, durante el siglo pasado, era una fuente muy frecuentada por los arjonilleros, utilizándose una parte de ella como abrevadero para las caballerías y el resto de ganado, y otra parte para abastecimiento humano. En la fuente los arjonilleros recogían agua, en cántaros y botijos, que utilizaban para su uso doméstico, para refrescarse en las labores agrícolas...
     No cabe duda de que la estampa que presentaba la Fuente del Escribano antaño, según los testimonios que nos llegan de boca de los más mayores, debía ser entrañable. Hombres y mujeres con el cántaro a cuestas, o burros y animales de carga que portaban en los serones los cántaros y botijos.
Labriego recorriendo el camino de La Fuente del Escribano. Año 1963
      De igual modo era un lugar frecuentado por los niños de las escuelas y sus maestros, que visitaban el emblemático lugar para acercar a los pequeños a la naturaleza y los lugares emblemáticos de Arjonilla. También en sus inmediaciones se celebraba como es costumbre en Arjonilla, un día de campo durante el día de Todos los Santos.
     El deterioro y la contaminación se acrecentaron hace algunas décadas; y el estado de conservación en el que llegó a encontrarse la fuente fue realmente lamentable. Por fortuna la Fuente del Escribano fue rehabilitada recientemente, su entorno adecentado y embellecido con algunos ejemplares de árboles y plantas, dentro del programa "Rehabilitación de senderos, caminos de piedra y fuentes", cuya intervención se hizo efectiva en 2015. Y desde hace muy poco forma parte de una ruta cicloturística: "Por la senda de los cortijos y caseríos de Arjonilla".
Aspecto que tenía la fuente escribano hacia 2013, antes de la rehabilitación.
     También cabe destacar una serie de valores que posee la Fuente del Escribano como patrimonio arjonillero. Además de su valor arquitectónico como construcción, la fuente también posee un carácter histórico-cultural. Igualmente es destacable el valor paisajístico y pintoresco, así como el valor medioambiental del enclave donde se ubica la Fuente del Escribano; que se presenta como "un pequeño oasis", suponiendo un breve paréntesis en medio del monótono paisaje del olivar.
Entorno que rodea a la Fuente del Escribano




*Parte de la información técnica, referente a caudal o tipo de suelo, ha sido extraída de la ficha del catálogo "Manantiales y fuentes de Andalucía".

sábado, 16 de septiembre de 2017

La Cruz de la Calle Comisarios

     Manuel Jesús Segado-Uceda
 
     Una vez que nos internamos en la calle Comisarios, perpendicular a la calle Alonso Coello y conectada con la calle Cristóbal Colón (calle que asciende desde la iglesia), nos encontramos con un elemento singular dentro del entramado urbano de Arjonilla. Cobijada en el interior de una enorme hornacina y apoyada sobre un basamento pétreo, hallamos una cruz de forja de grandes dimensiones.
     Antaño la cruz  estaba esculpida en piedra, pero fue  sustituida por la que podemos ver en la actualidad, llevada a cabo por los hermanos herreros Pérez Bejarano, a finales de 1989. Esta cruz de forja  fue inaugurada el domingo 8 de octubre de 1989, después de la Fiesta Mayor en honor a la Virgen de las Batallas. A ella acudieron las autoridades civiles y la eclesiásticas, siendo bendecida por el antiguo párroco D. Ángel Simón.
Cruz de la calle Comisarios

     En la elegante fachada elaborada con ladrillo, donde domina la verticalidad, nos encontramos un arco de medio punto  realizado a base de sillares de piedra. Este  se apoya sobre sendas pilastras en cuyo fuste se alterna el ladrillo y el sillar. Además de que en las pilastras  hallamos un capitel pétreo de orden dórico, como curiosidad señalar que, también  se encuentran labradas sobre piedra sus respectivas basas, algo que podría deberse, quizá, a la posibilidad de que el monumento se hubiese  realizado en piedra en su origen.
Basa de pilastra
     Sobre este cuerpo se apoya un frontón triangular que está coronado por tres pináculos, elementos decorativos que fueron añadidos durante las reformas que sufrió el monumento en el siglo XIX, concretamente en  el año 1882, (como así lo indican las cartelas de piedra que flanquean al arco). En los pináculos se puede leer la siguiente inscripción: "AÑO DE 1611".

Frontón triangular y pináculos con inscripción
Pináculos que coronan el frontón y detalle de la inscripción.
     Esta fecha de 1611, fue una malinterpretación de la trascripción del texto, hoy apenas visible, que encontramos en el basamento sobre el que se apoya la cruz, en el que se puede apreciar inscrito:“…Luis de Aguilera Ba()ela Año de 1671”.
 
Cartelas que flanquean la hornacina y que datan las reformas de finales del XIX
     Este monumento barroco está erigido a la memoria de Luis de Aguilera Valenzuela, asesinado de un disparo. El joven era hijo de D. Luis Díaz de Aguilera, quien fuera regidor de Arjonilla ocupando la vara de alcalde por estado Noble.
     La tradición oral ha ido perpetuando a lo largo del tiempo que este monumento se había construido en el lugar donde murió "por un tiro" el hijo de un alcalde de Arjonilla. Y según la documentación histórica parece que así fue.
Basamento de la cruz con la inscripción “…Luis de Aguilera Ba()ela Año de 1671”
     Además, ligada a este lugar, encontramos una leyenda que forma parte de la cultura arjonillera. La leyenda de "El fantasma de la Calle Comisarios". La tradición transmitida de generación en generación nos habla de  la presencia de un asombro(1) que merodeaba esta calle antiguamente. Según esta leyenda, después de sembrar el terror entre los vecinos del lugar, el alcalde, ante las quejas de la gente, dio consentimiento  de abrir fuego contra el supuesto asombro; y en cuanto tuvieron la ocasión, así lo hicieron. El asombro fue abatido por un disparo, y este resultó  ser un hombre que se ocultaba bajo unas sábanas blancas, provisto bajo ellas de la luz tintineante de un candil. La lámpara tenía como misión dotarle, durante la noche, de un aura luminosa extra, similar a la de “un espectro”. Además este llevaba atada a su pierna una ristra de hierros y cadenas que en el silencio de la noche producían un característico sonido que atemorizaba a los que vivían en la zona.
     Lo realmente sorprendente fue lo que se encontraron al quitar la sábana para ver la identidad del fantasma. Y es que el asombro no era otro que el hijo del alcalde de Arjonilla quien, según la leyenda, había  sugerido abrir fuego sobre el espectro que merodeaba la calle.
     Leyenda o realidad, lo cierto es que esta actividad de fantasmas de "sábanas blancas" ha sido llevada a cabo a lo largo de gran parte de la geografía española durante siglos. Y no se debía a otra cosa que a una artimaña para ahuyentar a los vecinos del lugar, con la intención de poder llevar a cabo encuentros  secretos entre amantes, en muchas ocasiones bajo adulterio.
 

(1) El término “asombro” se refiere a la forma de denominar en Arjonilla a una aparición espectral.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Aproximación histórica a la tradición de la Bocina y la tradición de los Pregones en la Villa de Arjonilla.


Artículo (refundido y ampliado)  publicado en la Revista de Semana Santa de Arjonilla 2013.
Manuel Jesús Segado-Uceda


            Este pequeño estudio acerca de la tradición realizada por la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, no pretende ser definitivo en absoluto, pues como toda investigación histórica, está abierta a ser completada y ampliada con trabajos venideros. La pretensión de esta investigación no es otra que, como su título indica, aproximar a la historia de esta tradición arjonillera, a través de su historia, a través de su gente…;

La Bocina.
            La bocina es un instrumento de uso tradicionalmente militar, que se hacía sonar en el campo de batalla, bien para acompañar a las órdenes, bien como elemento de “guerra psicológica”, para intentar, con su sonido ronco y grave intimidar al enemigo.
Bocina revestida de terciopelo granate
Fotografía propia del autor
 
            En Arjonilla, este instrumento se encuentra realizado en hojalata o latón. De forma de cuerno o asta,  posee una embocadura (la cual ha ido cambiando a lo largo del tiempo), probablemente de tuba y cuenta con una longitud de 2,30 cm.
Detalle de la boquilla de este peculiar instrumento musical
Fotografía propia del autor

Apuntes de historia de la tradición.
            El dato más antiguo referente a la bocina, aparece en un Pleito de 1769, en el que aparecen implicadas las siguientes cofradías de la Villa: Vera Cruz, Jesús Nazareno, Humildad y San Juan Evangelista, motivados porque “…la Cofradía de la Soledad quiere ser preferida en todo…”, dentro de este documento se desprende la siguiente información; a través de las alegaciones por parte de la Cofradía de la Soledad, donde se pueden extraer diferentes datos acerca de los cultos. En lo que nos atañe resaltamos lo siguiente: “…a excepción de aquellos cofrades que van empleados en conducir bocina,…”[1]
            En otro legajo del AHDJ, fechado en 1779, aparecen recogidos los diferentes cargos existentes dentro de la Cofradía del Nazareno. De esta manera, además de los cargos de mayordomos, administradores…, nos aparecen otros cargos, que se elegían en el primer día de la Pascua de la Resurrección, ejerciéndose los cargos en la Semana Santa siguiente año: “…El alférez, dos de gobierno, dos tazas (tazas o platillos, que se sacaban para pedir durante la procesión y actos del Nazareno), uno de bocina y dos de ayuda de bocina[2] (llamados también compinches).Estos datos nos hablan de una tradición en el uso de la bocina, que se remonta al menos hasta la mitad del XVIII.
            El toque de la bocina, se encuentra estrechamente ligado a otra tradición histórica en nuestro pueblo, “Los pregones”, por lo que intentaremos dar un tratamiento conjunto a ambas costumbres. La tradición de los Pregones, además de cantarse en Arjonilla, se ha celebrado y aún en la actualidad se celebra, en diferentes lugares de la provincia de Jaén; como por ejemplo en La Higuera, Guarromán, Mengíbar, Villanueva de la Reina, Baños de la Encina, (donde se realizan todavía), así como en Linares (donde se perdió la tradición) y, en la vecina Arjona, localidad en la que según Basilio Martínez Ramos, en sus “Anales de la ciudad de Arjona” nos indica que “…se cantaban en la madrugada del Viernes Santo en la Iglesia de San Juan (…) costumbre importada de Arjonilla por Juan Antonio Carmona, abuelo materno de D. Fausto García Carmona, Presbítero”. Haciendo cábalas sobre el momento de importación de los pregones desde Arjonilla a Arjona, podemos aventurarnos diciendo que probablemente fue a mediados del XIX cuando llegó hasta Arjona esta tradición arjonillera. Además en los Anales aparece recogida una partitura con la letra y entonación, donde se puede apreciar la gran similitud (prácticamente idéntica) con la forma de cantar los pregones en Arjonilla. Continuando con el recorrido histórico, en el Artículo 15 (sección de “Cultos”), de los estatutos de 1904 de la Hermandad del Nazareno de Arjonilla, se hace mención a la “celebración del Sermón”; es decir “Los Pregones”.
            Ya en la segunda década del s. XX, en el año 1926, según nos contaba D. Joaquín Ramírez Sanz[3],  los sermones (pregones), a los que recordaba como un bello acontecimiento, se realizaban durante la madrugada del Viernes Santo; sonaban “…los motetes de Ojo Gato y Pepitero (Antonio), con la Bocina de Cerote…”, y al amanecer descendía el Nazareno por la Calle de las Parras (actual C/ Teniente Rueda).
Instantánea anterior a la Guerra Civil donde se recoge el Toque de bocina en Arjonilla
Fotografía de archivo del autor
 
 
            Con el inicio de la Guerra Civil, llegaría el cese de la celebración de la Semana Santa arjonillera, por lo que se perderán los pregones y con ellos el toque de la bocina.
             El instrumento, se conservó gracias a que Manuel Chillarón Lara (“Manolico el Cordelero”) lo guardó en su casa, aunque el estado de deterioro era tal que tras la Guerra tuvo que ser reparado en el taller del latonero Fuentes Molina. Con el fin del acontecimiento bélico y la reorganización de la Semana Santa y la Cofradía del Nazareno (de esto ya hablaremos en otra ocasión), el encargado de tocar nuevamente la bocina será Nicolás Lara López, mientras que los pregones serán entonados por Manuel Uceda Moreno y Antonio Jándula Bueno “Pepitero” durante mucho tiempo. A la misma vez que ésta costumbre, seguirá la tradición de “pasar las tazas” o “platillos”.
            Ya en los años 50 y 60, el tocador de Bocina será Manuel Jiménez Ruz, mientras que los pregones serían cantados por el eterno pregonero Pedro Pérez “Mérida”. A comienzos de la década de los 70, tomará el testigo al toque da la Bocina el hermano de Manuel, Francisco Jiménez Rueda conocido por todos por “Paco el de las medias”, manteniéndose esta dupla hasta finales de ésta década, donde la tradición de los pregones se pierde. Si continuará  saliendo la Bocina en la madrugada del Viernes Santo, sacada por Fernando Carmona “Tamarilla” y Paco Jiménez “el de las Medias”.
            Será en 1986, cuando la tradición de los pregones se reanude nuevamente. En esta ocasión los pregones se realizaron por la tarde. A partir de este año, la bocina y los pregones irán variando sus costumbres. Por ejemplo, en 1987 no se realizaron los pregones, aunque el toque de la bocina si se pudo escuchar en la procesión del Viernes del Nazareno, tocada por el clásico bocinero Paco y junto a él, como “compinche” Manuel José Lara (muy implicado en la Semana Santa arjonillera y responsable de que algunas tradiciones sigan vigentes). Volverán los pregones nuevamente por la tarde en 1989, durante estos años seguirá llevando a cabo la tradición el mismo dúo formado por Paco y “Mérida”, a los que se les une Carmen Carmona Carmona que cantará el “Manda”, hasta el año 1992, donde un nuevo “bocinero” Benito interviene en los pregones. Será en 1993 cuando de nuevo se recupere en la “Madrugá” el canto de los pregones y la bocina, [4] en ellos vuelve a cantar nuevamente Pedro Mérida y al toque Paco; durante esta década de los 90, sería compinche el ya mencionado Manuel José Lara, además de Manuel David Mercado “el lobo”.
Pedro "Mérida" canta los pregones y Paco Jiménez a la bocina.
 
            Con la entrada del nuevo siglo, en el año 2000, comienza a cantar los pregones el desaparecido Ildefonso Navarrete (eterno tamborilero), mientras que al toque de la bocina le acompañará Jesús Segado Hernández (bocinero hasta la actualidad), pareja que se consolida y continúan la tradición hasta el año 2005 donde se produjo una Semana Santa atípica en Arjonilla, debido a las obras de la Iglesia Parroquial, aunque la bocina, sonó de modo testimonial a las puertas de la ermita del Nazareno. En la Semana Santa de 2006, se vuelven a recuperar los pregones, esta vez cantados desde el coro alto de la iglesia parroquial de la Encarnación. Serán cantados por los mismos protagonistas, y por primera vez también siendo entonados por una voz femenina, Ana Pons, que se unirá  a Jesús y a Ildefonso continuando hasta el 2009. En 2010, se producen modificaciones en la costumbre y a Jesús (bocina) y Ana (al cante) se une Julio Gavilán, también al cante.
              Desde hace unos años, los pregones son entonados por la dupla formada por Ana Pons y Bartolomé Moyano Delgado, acompañados por el mismo bocinero, Jesús Segado Hernández.
Bartolomé Moyano y Ana Pons cantando los pregones desde el coro alto de la iglesia.

Los Pregones.
            Los Pregones se dividen en varias partes diferenciadas:

Confortación (introducción a los presentes a la Pasión de Cristo)
Sentencia de Pilatos (Se intercala con los toques de bocina, reproduciendo el momento de la condena de Jesús, entre  pregón y pregón interviene el sacerdote, a la vez que se muestra un lienzo con el Ecce-Homo, propiedad Paco López, (y que fue realizado por un familiar suyo, Manuel Víctor Gómez en los años previos a la Guerra). Esta costumbre aún se mantiene.
parte Voz del Ángel

            A parte nos encontramos con el llamado “Manda”. Una parte que se intercala entre algunos de los versos de los “Motetes”.
Ecce-Homo que se muestra en los Pregones.
 Copia de una obra de Murillo Por Manuel Víctor Gómez.

Apuntes del anecdotario de la Tradición de los Pregones y la Bocina.
            ▪ La tradición nos cuenta que la bocina se forraba con una tela negra, a modo de luto. En el 2000, año Jubilar, la nueva directiva del Nazareno decide cambiar el color con el que se vestía la bocina, y el instrumento pasa a forrarse de rojo. En este 2013 la bocina volverá a vestirse de negro, color primigenio. La confección de la funda (que se realizará en Damasco negro) vendrá de la mano de Paco Ruz.
            ▪ Tradicionalmente, se cuenta que a la boquilla de la bocina se le echaba un chorreón de anís; según nos contaba Paco “el de las medias”, de esta manera el instrumento sonaba mejor…
            ▪ Salvo algunos años, durante los noventa los pregones se cantaban desde el coro de la Iglesia Parroquial.
            ▪ Aunque la tradición de los toques de bocina en la madrugada del Jueves a Viernes Santo, se recuperó en 1995, fue a partir del 2009 cuando se instituirá el horario e itinerario definitivo, comenzando a partir de las 6 de la madrugada, donde el bocinero Jesús Segado Hernández y su “compinche Pedro Ruano”, (en la actualidad), recorren las calles de la Villa de Arjonilla, dando como toques oficiales los siguientes:
     En la Ermita de Jesús Nazareno, Puerta del Perdón, En la puerta del Párroco, En la del Alcalde, en la del Hermano Mayor (Anual), Cuartel “Viejo” de la Guardia Civil; así como en cada una de las esquinas del recorrido, en la puerta de los hermanos de la Cofradía e incluso en la puerta del Cronista Oficial de la Villa (algo que se hace desde 2010).
            ▪ Durante los años comprendidos entre 1996-1999 y, en el 2003, la bocina acompañó al Nazareno en su procesión, siendo Manuel José Lara y Jesús Segado, los bocineros.
            ▪ Al parecer, durante la celebración del Sermón (Pregones), celebrado en la Iglesia Parroquial, los fieles se comían los típicos “hornazos”. Esta tradición finalizó por la suciedad que se acumulaba en el templo parroquial, en el que acumulaban los cascarones de huevos que contiene la torta.
            ▪ Según decía Pedro Pérez, los pregones,se los enseñó Pedro Castillo “Periquillo Salivilla” e Ildefonso Carmona, en el domicilio de Manuel Bejarano situado en la calle Pintor Matías Ruz.
            ▪ La última reparación de la bocina, fue a comienzos del 2011, en esta ocasión fue arreglada por Martín Segado Hernández, mi padre.
            ▪ La bocina fue expuesta en ARCOAN en el 2010 y 2012, en Jaén, donde sonaron sus toques. Ha sido expuesta en el stand de las Cofradías de Arjonilla. En el 2008 y 2011 sonó también la bocina y un fragmento de los pregones, en el teatro municipal de Arjonilla, para los pregones de la Semana Santa arjonillera de esos años. Igualmente sonaría de nuevo en el teatro de Arjonilla, durante el Certamen de Saetas celebrado en el año 2010, al toque de la bocina Jesús Segado Hernández y al cante Julio Gavilán. Además la bocina y los pregones estuvieron presentes durante La Feria de los Pueblos, celebrada en Jaén, en sus ediciones de 2014, 2016 y 2017. 
          Jesús Segado Hernández al toque de la bocina,
junto a su compinche Pedro Ruano al final de "la Madrugá" arjonillera.
Fotografía propia del autor




[1] Archivo Histórico Diocesano de Jaén. (AHDJ) Sala de Cofradías. Arjonilla leg. 3.
[2] García Aranda Pedro Manuel. Al pie de la Parroquia. Nº 30, Abril 1995.
[3] Ramírez Sanz Joaquín. Al pie de la Parroquia, nº 17. Marzo 1994
[4] Diario IDEAL del miércoles 24 de marzo de 1993.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

La escultura al general San Martín, una conmemoración de "la Acción de Arjonilla".


Manuel Jesús Segado-Uceda
 
 
     Una de las mayores obras de arte contemporáneo que tenemos en la localidad es el monumento erigido en honor al General San Martín. Un conjunto escultórico que conmemora el paso del famoso militar por Arjonilla. Aunque antes de ocuparnos de esta obra escultórica debemos conocer algunos aspectos previos.
 
Algunos aspectos biográficos sobre San Martín.
     José Francisco de San Martín nace el 25 de Febrero de 1778, en Yapeyú, Virreinato del Río de la Plata, actualmente República de Argentina. Hacia 1781 la familia de San Martín se trasladó hasta Buenos Aires. Tras una corta estancia, la familia de San Martín, se embarca rumbo a España, llegando a Cádiz el 6 de diciembre de 1783, ya que su padre, Juan de San Martín había sido destinado en Málaga.(1) Ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid(2) y en la Escuela de Temporalidades de Málaga(3) en 1786 donde realizó sus estudios, instruyéndose en castellano, latín, francés y alemán, pero además en historia, geografía, poética, retórica, baile, dibujo y esgrima. En la sociedad del XIX un caballero, para ser considerado como tal, debía de conocer ciertas disciplinas, de entre ellas el baile para mostrarse públicamente y ante las damas, y la esgrima prácticamente como medio de vida.
     El 29 de Julio 1789, cuando contaba con once años edad, comienza su carrera militar alistándose en el regimiento de Murcia. Al mismo tiempo estallaba la Revolución Francesa. Una vez en el ejército, combatió en la campaña contra los musulmanes del Norte de África, luchando en Orán, territorio español por aquel entonces, y Melilla. Consiguió en 1793 ser ascendido a subteniente 2º por el valor y destreza de sus acciones en el combate contra los franceses en los Pirineos. El 28 de Julio de 1794 fue ascendido a Subteniente 1º.Un par de años después, el 8 de mayo de 1795 consiguió ascender a Teniente 2º.(4)
     En 1798, su regimiento que había combatido a flota inglesa en las batallas navales del Mediterráneo, se rendiría. En 1802 consiguió el grado de Ayudante 2º, llegando a ser Capitán el 2 de Noviembre de 1804. Posteriormente, entró en combate con el grado de Capitán 2º de infantería ligera en diversas acciones militares en España, como en La Guerra de las Naranjas (1802) contra Portugal, o en las acciones de Gibraltar y Cádiz (1804) contra las tropas británicas.(5)
Retrato de José de San Martín.
1829. Atribuido a Jean Baptiste Madou

San Martín, la Guerra de Independencia y su paso por Jaén.  "La batalla de Arjonilla".
 
     En el año 1808, el ejército francés comandado por Napoleón Bonaparte, invadió la Península Ibérica apresando al monarca Fernando VII(6), e impuso a su hermano José Bonaparte proclamándolo rey de España como José I(7).
     Tras los sucesos acontecidos se instituye una Junta de Gobierno que actuó en Sevilla y Cádiz, evidentemente del lado de los revolucionarios liberales que tomaron Cádiz como capital de España, ciudad que nunca llegaría a estar bajo posesión de José I, que ascendió a San Martín a Ayudante 1º del Regimiento de Voluntarios de Campo Mayor. He aquí una serie de sucesos de la vida de San Martín, que pasarían casi desapercibidos, a nivel general debido a la situación límite bajo la que estaba España por aquel entonces, combatiendo al ejército más poderoso del mundo, el ejército de Napoleón Bonaparte. Por ello traemos aquí estos sucesos referentes a las hazañas de San Martín, en tierras de la provincia de Jaén. Durante el año 1808, el Ejército de Español al mando de Castaños, venía desde Utrera y Carmona, mientras que el comandado por Reding(8) venía desde Granada con unos 10.000 hombres, con el fin de unirse con destino a Andújar para enfrentarse a los franceses que se encontraban allí acuartelados. Decidieron marchar evitando las rutas más transitadas para evitar ser detectados por el ejército intruso, avanzaba cuidadosamente por un camino que discurría paralelo a la ruta principal, el Cuerpo de Vanguardia dirigido por el Marqués de Coupigny(9), al que precedía el Cuerpo Volante ó División de Montaña comandado por el Coronel D. Juan de la Cruz Mourgeon(10).
     Habiendo marchado durante días, el día 23 de Junio de 1808 apenas a las tres de la madrugada, el Cuerpo Volante del Coronel Mourgeon, que se componía de unos dos mil hombres(11) se puso en marcha para ocupar los puestos avanzados de Arjonilla(12). No habían avanzado ni tres cuartos de legua(13) (4 Km. aprox.) por el camino del arrecife, cuando el Capitán José de Sanmartín, Comandante de la columna de Vanguardia, comunicó al Teniente Coronel  Mourgeon que se habían encontrado con una compañía enemiga de Dragones franceses(14), que al parecer estaban realizando una misión de reconocimiento en territorio arjonillero(15) . San Martín solicitó a Mourgeon cuál era la orden a efectuar. El Teniente Coronel Mourgeon, ordenó atacar al enemigo, a lo que San Martín respondió con rapidez, pues el enemigo se había replegado. San Martín corrió por la trocha, siguiendo el consejo de su guía, ya que si los franceses continuaban la marcha por el camino del arrecife le atajarían, más adelante. San Martín iba seguido de la Partida de Campomayor (unidad a pie) a cuyo cargo se encontraba el Subteniente D. Cayetano Miranda, además de la Caballería de Húsares de Olivenza y Borbón, que contaba con veintiún jinetes. Las tropas españolas continuaron la persecución del enemigo a toda velocidad hasta adentrarse en una Casa de Postas, situada en el paraje de Santa Cecilia. Allí se encontraron a los Dragones franceses se formados para la batalla, esperando sin duda que los españoles no los atacarían. Para sorpresa de los españoles, San Martín ordenó el ataque a sus hombres. Comenzó la refriega y en el trasiego del combate, San Martín pudo perder la vida de no ser por el soldado Juan de Dios, húsar de Olivencia que le salvó la vida. Le ofreció su caballo y ayudó a San Martín a montarse sobre su cabalgadura, por lo que pudo rearmarse de nuevo para la batalla. El ejército español continuó con el ataque con una asombrosa rapidez y habilidad que desorganizó la formación francesa haciéndolos huir con tal pánico que hasta arrojaban los morriones(16), dejándolos atrás. 
Ilustración de Dragón Francés
 
     Los españoles al ver que el enemigo huía, corrieron tras ellos con el propósito de alcanzarlos, pero San Martín escuchó que las cornetas del ejército español tocaban la retirada, por lo que haciendo gala de su subordinación, obedeció retirándose rápidamente. El Teniente Coronel Mourgeon ordenó la retirada al ver que, a lo lejos, bajaban al campo de batalla una guardia enemiga compuesta al menos por cien jinetes, por lo que ordenó al Teniente de Caballería del Príncipe, Don Carlos Lanzarote, que con veinte caballos sostuviera a la compañía de San Martín por el camino del Arrecife, mientras se retiraban. A la vez, el propio Teniente Coronel Mourgeon se adelantó avanzando por la derecha con el Escuadrón de Dragones de la Reyna, a cuyo mando se encontraba su Capitán Don Joseph de Torres. El resto de la Columna del ejército español, quedó al mando del Teniente Coronel y Comandante  de la Compañía de Cazadores de Guardias Walonas, Don Dionisio Bouligni, cuya misión fue tomar posición y proteger el convoy que contenía el equipo y la munición.
     Con esta operación, el enemigo se detuvo y no presentó batalla, permitiendo así que la retirada limpia de San Martín y sus hombres. Con toda seguridad el oficial francés actuó con criterio adoptando la decisión correcta, ya que la acción táctica y superioridad del ejército español en esta ocasión, habrían provocado una nueva retirada a la tropa gala. El resultado de la batalla fue el de diecisiete Dragones muertos y cuatro prisioneros en el bando francés, habiendo conseguido huir el oficial al mando y los restantes soldados de la compañía. Por el lado español sólo se contabilizó un Cazador de Olivencia que resultó herido leve, a pesar de que recibieron terribles descargas de tercerolas(17) y pistolas. Además pudieron coger como botín, quince caballos en buen estado. En cuanto a los 4 prisioneros, que estaban heridos, San Martín ordenó conducirlos sobre sus propios caballos(18).
Estado actual de la Casa de Postas que fue escenario de la “Acción de Arjonilla.”
Fuente Propia del Autor
 
     Este hecho se conoce como “La acción de Arjonilla”, o “El combate de Arjonilla”, donde participó activamente el mismo general San Martín que se convertirá en uno de los iconos históricos de Argentina, apareciendo en la mayoría de la moneda del país hasta la actualidad. Se considera que la Batalla de Bailén fue la primera derrota del ejército de Napoleón a manos de los españoles, pero la verdad es que en este pequeño combate, se logró la primera derrota, y el posterior repliegue y retirada de las tropas francesas.
Después de este acontecimiento bélico, las tropas al mando de Castaños se alojaron en Arjonilla, donde fueron dotados con provisiones y víveres, tal y como prueba la documentación que se custodia en el Archivo Histórico Municipal de Arjonilla. Según la tradición, parece ser que  San Martín y el resto de oficiales se acuartelaron durante unos días en el palacio del Marqués de Oquendo, edificio hoy desaparecido que se encontraba en la Avenida Andalucía, frente a la puerta del Sol de la iglesia parroquial. En Arjonilla permanecieron durante  hasta salir en dirección a Andújar por el antiguo camino que pasa por la Viña Garabata, en cuyo pozo, según cuentan, las tropas de Castaños llenaron sus cantimploras momentos antes de la escaramuza acontecida en Los Visos de Andújar, ocurrida previamente a la que hubiese sido la Batalla de Andújar, de no ser por el repliegue de las tropas francesas y el posterior choque en la Batalla de Bailén.
    
     San Martín, consiguió una distinción por las acciones de guerra contra los ejércitos galos, llegando a ser capitán del regimiento Borbón. El ejército español atacó a los franceses en Bailén, venciéndolos el 19 de Julio de 1808, donde San Martín destacó en el campo de batalla. Esta victoria sobre el invencible ejército de Napoleón permitió recuperar el control de Madrid.
     El 11 de Agosto de ese mismo año, San Martín alcanzó el grado de Teniente Coronel, siendo condecorado con una medalla de oro por sus logros militares, concretamente con “La Medalla de Oro de los Héroes de Bailén”, una condecoración militar otorgada por decreto de la Junta Suprema de Sevilla, por su heroicidad en el campo de batalla de Bailén contra los franceses, donde actuó como ayudante del General Coupigny.
 Medalla de oro de los Héroes de Bailén. Distinción militar española que se le otorgó a San Martín mediante Decreto de la Junta Suprema de Sevilla, el 11 de agosto de 1808, en mérito a sus acciones en la batalla de Bailén que supuso la victoria sobre los franceses.
 
   Tras esto San Martín continuó la campaña militar contra los franceses formando parte de la coalición formada por España, Portugal e Inglaterra. Hemos de señalar que en la batalla de Albuera acaecida el 16 de mayo de 1811, en la provincia de Badajoz, luchó a las órdenes de un general que había invadido Buenos Aires unos (diecinueve) años antes, el general William Carr Beresford(19).
     Después de su campaña militar en España marchará a Londres, lugar que será clave en su vida ya que allí comenzará a tener contacto con personalidades que lo llevarán a luchar por la independencia de Sudamérica. Pero esto ya, es otra historia...
     En 1824, perseguido y acusado de traición se exilia a Europa. Y morirá prácticamente en el anonimato en la ciudad francesa de Boulogne-sur-Mer el 17 de Agosto de 1850, acompañado de su hija, Mercedes y del esposo de ésta.  casi en el anonimato.
 
Daguerrotipo de San Martín. París 1848, por J. M. G. Le Clezio.
Museo Histórico Nacional de Argentina.

 La Escultura De San Martín, al soldado Juan de Dios.
     En el centro del Parque D. Luis Alonso Salcedo se erige un monumento dedicado al General San Martín y al Húsar de Olivenza Juan de, quien le salvó la vida durante el transcurso de  "la Acción de Arjonilla" (también conocida como "Batalla de Arjonilla"). El conjunto escultórico es de grandes dimensiones y posee una composición piramidal. Sobre un elemento triangular de apariencia pétrea, y que parece representar una bandera militar decimonónica, encontramos sendas esculturas realizadas en bronce que retratan a San Martín (a caballo) y al soldado Juan de Dios (a pie), este último ayudando a recuperar la compostura al oficial. Bajo ellos encontramos la figura de  un cañón; un elemento que trata de dar contexto a los personajes dentro de una escena ocurrida en el campo de batalla. Junto a él se halla una inscripción que conmemora el suceso. 
Escultura al Soldado Juan de Dios. Parque D. Luís Alonso Salcedo (Arjonilla, Jaén)
Fotografía propia del autor
 
Inscripción del conjunto escultórico
Foto propia del autor
 
     El monumento fue inaugurado en el año 1984, acto al que acudieron tanto el embajador de la República de Argentina, Hugo Gobbi, como miembros del Instituto de Estudios Sanmartinianos, quienes fueron recibidos por las autoridades municipales de Arjonilla y la Asociación de Amigos de la Música de Andújar para amenizar los actos, y  a cuya batuta se encontraba en aquel entonces su director D. Enrique Moya Pérez.
 
 
Autoridades de Arjonilla y músicos de Andújar recibiendo a la embajada Argentina.
Fotografía de archivo del autor
 
     Además de la inauguración del monumento a San Martín, también se llevaron a cabo otros actos conmemorativos, entre ellos, la inauguración de la Calle General San Martín, junto a la ermita de San Roque y el nuevo recinto ferial. 
Inauguración de la Calle General San Martín.
Fotografía de Archivo del autor

 

Cartela de la Calle dedicada al General San Martín
Foto propia del autor.
 
Vista de la calle General San Martín en la actualidad
Fotografía propia del autor

 
     O la placa que homenajea al soldado que salvó la vida al General, y que se colocó previamente, en el año 1983,  en la fachada de la casa de Cultura.

Placa conmemorativa que se encuentra en la fachada principal de la casa de Cultura.
Fotografía propia del autor


Notas.
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(1). MAX PAJUELO Abdón . El General José de San Martín (en su Centenario) Ediciones Pajuelo-Mejía, 1965. (Pág. 31)
(2). Fundado por Felipe V el 21 de septiembre de 1725, como un centro educativo en donde se impartían a los jóvenes nobles las enseñanzas propias de su estamento, se encontraba situado en torno a la actual Calle Princesa con esquina a Serrano Jover. En un primer momento, estuvo bajo la dirección de padres de la Compañía de Jesús, quienes lo regentaron hasta la expulsión de la Orden en 1767, año en que se puso bajo la dirección de maestros directamente nombrados por el rey. Durante la invasión francesa fue convertido en cuartel y estuvo en funcionamiento hasta 1836, año en que la titularidad del edificio pasó al Ministerio de la Guerra por iniciativa del entonces Capitán General de Madrid, Evaristo San Miguel. Desde entonces, su solar ha estado dedicado a usos militares; así, en un principio, el antiguo edificio del Seminario se destinó a Hospital Militar. Posteriormente, cuando se construyó el nuevo hospital en Carabanchel, el edificio fue demolido en 1889, construyéndose en su solar cuatro edificios del ramo militar.
(3). Institución de educación y aprendizaje, que estuvo gestionada por los Jesuitas hasta su expulsión por Carlos III..
(4). Actualmente equivalente al rango de Alférez o Subteniente en algunos países.
(5). NAVARRO GARCÍA Luís (editor). José de San Martín y su tiempo. Universidad de Sevilla. 1999. (Pág. 63)
(6). Fernando VII. Rey de España que reinó en un primer periodo comprendido del 19 de marzo 1808 hasta 6 de mayo de 1808. Segundo Periodo del 11 de Agosto de 1808 al 11 de diciembre de 1813—29 de septiembre de 1833.
(7). José I Bonaparte. Rey de España desde el 6 de junio de 1808 hasta el 11 de diciembre de 1813.
(8). Teodoro Reding. Fue el general al mando de las tropas españolas en la batalla de Bailén y verdadero artífice de la primera victoria sobre las tropas imperiales de Napoleón, en la Guerra de Independencia 1808.
(9). Antonio Malet, Marqués de Coupigny. General español de origen francés que durante la Guerra de Independencia española ostentaba el cargo de Mariscal de Campo del ejército español
(10). Juan de la Cruz Mourgeon y Achet. Militar español Mariscal de Campo de los ejércitos nacionales durante la Guerra de Independencia española.
(11). Una Compañía de Cazadores de Guardias Walonas, la de Barbastro la de Voluntarios de Valencia, y Campomayor, las Compañías de Tiradores de Cádiz, las Partidas Sueltas de Valencia, y Campomayor, la del Príncipe de Caballería, Dragones de la Reyna, Usares de Olivencia, Berlín, y Escuadrones de Carmona.
(12). Es un municipio español de la provincia de Jaén, Andalucía, situado en la comarca de la Campiña en el oeste de la provincia.
(13). Legua: Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572,7 m.
(14). Cuerpo de Infantería francés a Caballo, por lo que poseían una mayor movilidad en el combate. En su armamento poseían una espada corta, además de una pistola modelo 1777, arma de fuego más corta que la que usaban la infantería.
(15). Gentilicio para los habitantes de la Villa de Arjonilla.
(16). Morriones: Prenda del uniforme militar, a manera de sombrero de copa sin alas y con visera, que se ha usado para cubrir la cabeza.
(17). Tercerola: Arma de fuego usada por la caballería, que es un tercio más corta que la carabina.
(18). Gazeta Ministerial de Sevilla, de 29 junio de 1808.
(19). William Carr Beresford (1768-1854). ) Militar británico, ocupó el cargo de mariscal en 1809 y después mariscal general en1816 del Ejército portugués. Fue comandante en jefe durante toda la Guerra Peninsular, de Marzo de 1809 a la revolución liberal de 1820, gozando de poderes de gobierno dado la ausencia de la Corte portuguesa, refugiada en el Brasil (1808-1821).